El momento perpetuo.
La vista infinita.
El parpadeo continuo.
La pasión inmortal.
Cómo si hubiera pasado
y futuro sin haberlo.
Con el ocaso nuestras almas libertinas
interpretan relaciones de exclusividad sexual,
con la alborada son emancipadas.
Eternamente liberadas.
Así me gusta amarte.
Cómo si fueras mi universo, el cosmos,
la orbe que me habita en ese instante.
Dueño de mi erotismo, obscenidad,
desenfreno, sensualidad.
Concuspicencia, libídine.
Dueño del vicio que me posee.
Oh, tu espalda de lava
y mi impulso ardido.
Así me gusta amarte.
Así son nuestros encuentros.
Todo en minutos, y segundos.
Todo en ese instante (que es a la vez perpetuo)
Todo confinado a esos momentos.